domingo, 20 de mayo de 2012

Tal vez sea un poema, o una canción de amor.


desperté en tus labios, caminé por tu sonrisa
nadé en el mar de piel que encontré bajo la brisa.
Recorrí los aires del cielo de tus ojos,
hasta llegar a aquel lugar donde estuvimos solos,
viendo estrellas y en la más brillante entre todas ellas,
me senté mientras por tu cuerpo iba dejando huellas y que bellas,
esas cositas que por ti sentí cuando junto a ti,
pude decir que fui feliz, o lo soy,
porque no niego que a tu lado estoy
Sé que estaremos juntos aunque tal vez no sea hoy
Y voy, dando pasos hacia ese mañana donde en la mañana
Despertemos juntos en la misma cama
y, ¿que ganas no? De envejecernos dándonos un beso eterno
y que viajemos a otro mundo tan solo con vernos.
Nacer, crecer y envejecer mirándote a los ojos, y cuando estemos solos
Hacerte más que tuya. mi mujer.

El final de mi comienzo.

Comencemos con el final, hagámoslo terminar hasta que comience de nuevo. Es hora de vivir nuestro primer último día, nos toca respirar y dejarnos ir hasta el final porque es en el final el lugar en el que nos damos cuenta de lo que amamos de verdad. Hoy quiero vivir un día como el primero, sin saber nada, y disfrutarlo como el último, sin preocupaciones. Que sea éste el día en que nos conozcamos, que nos de tiempo de hablarnos y contarnos todo, que nos de tiempo de comenzar y culminar. Éste día comienza contigo, es el último aún siendo el primero porque mañana no es hoy y mañana es tan solo un final distinto. Hagamos de el final un comienzo; terminemos de comenzar de una vez por todas. Terminemos con los días de tristeza y comencemos con esos días llenos de alegría, días de lágrimas, pero de alegría. Amemos como amamos un último día, aunque sin conocer, como un primer día. Démosle un final a ese comienzo incompleto. Nadie sabe que nos depara mañana, y, mañana es tan solo un nuevo comienzo. 

Ven y enséñame a terminar conmigo, cuando comencé no supe como culminar con mi comienzo. Y aquí estoy, al final de un día que temprano comenzó en ti, pero poco a poco fue dando fin en mi. Ven, dale fin a estos labios que un día comenzaron en los tuyos. Haz que tu cuerpo culmine en éste, que, en un tiempo comenzó por culminar sobre el tuyo. Regálame el final de tu historia, pues nunca comienza como deseamos, pero siempre el final es feliz. Voy hacia ese lugar donde un día comencé mi historia, uno nunca sabe en qué pueda terminar. Sólo sabemos una cosa. El comienzo y tú, mi final, van tomados de la mano. Comencé por verte y mira, terminaste por leerme.

Comencé en tus labios, y terminé en tu alma.