miércoles, 4 de diciembre de 2013
En busca de sosiego hemos encontrado letras de amor
domingo, 29 de septiembre de 2013
Hay rumores
Hay rumores de amor, de vida; hay rumores de que no va a ser suficiente. Hay rumores de eternidad, de un por siempre; hay rumores de ti.
jueves, 29 de agosto de 2013
Caridad
domingo, 18 de agosto de 2013
A orillas del lago soledad
miércoles, 31 de julio de 2013
Secuencia de sentido común
¿Qué me pasa? Ya lo sé.
Tú, tú eres lo que me pasa.
lunes, 8 de julio de 2013
Dibujándola, escribí
domingo, 7 de julio de 2013
Mi felicidad
martes, 25 de junio de 2013
Mentiras
Eso es todo: mentiras.
domingo, 23 de junio de 2013
Lunes por la mañana
miércoles, 19 de junio de 2013
Jugando a ser funambulista
viernes, 14 de junio de 2013
Primeras nupcias
martes, 11 de junio de 2013
Las buenas imágenes en el desfile
domingo, 26 de mayo de 2013
Certezas
martes, 21 de mayo de 2013
Desahucio
lunes, 13 de mayo de 2013
Tormentas, calma, niebla, olvido
jueves, 9 de mayo de 2013
De Blues en Jazz, y viceversa
Era sencillo estando delante de tus ojos, como alguien que confía en sí mismo frente una opinión ajena. Ya sabíamos; tú delante de mis ojos, y era sencillo, como alguien que se magnifica frente la opinión ajena. Frente a frente nos servíamos de espejo, yo te veía mirándome, y tú me mirabas mirándote. En resumen: éramos lo mismo en proporciones distintas, y mirarte era como traducir mis temores y enfrentarlos ganando la batalla. Sabíamos más el uno del otro que de nosotros mismos, y nuestra ignorancia era la clave para descifrarnos.
Pero qué importa eso, si ya no bailamos en el mismo salón. Ni tus pasos van después de los míos, ni los míos anteceden a los tuyos. Tu tocadiscos canta un Jazz, el mío un Blues, y aunque ambas sean melodías de paz, no son lo mismo. Cualquiera que se detenga a apreciar el blues del viento, se da cuenta que no es el mismo jazz de los árboles; y así andamos, de Blues en Jazz, y viceversa. Confundiendo el dulce piano de Nina con la majestuosa trompeta de Miles. Creyéndonos sabios de ambos géneros; pero daba igual, porque nuestra ignorancia era la clave para descifrarnos. Y si a Robert Johnson lo confundíamos con Louis Armstrong, no tardábamos en darnos cuenta de que una trompeta a la que le encanta el Jazz, no es una guitarra a la que le encanta el Blues.
Y así fue siempre, parecidos pero no los mismos; coincidencias. Pero como todos sabemos: el Blues no es lo mismo que el Jazz, y viceversa.
miércoles, 8 de mayo de 2013
Otra Por José Augusto Subero
Lo último Por José Augusto Subero
martes, 7 de mayo de 2013
Celos
Este egoísmo que me invade cuando se trata de ti, insolente, arrogante, caprichoso. Se traduce, tal vez en: o eres solo mía, o no eres mía. Qué desastre este egoísmo cuando se trata de ti, no quiero en ti otras manos, ni sobre tus labios otros labios, ni siquiera quiero en ti otra mirada amante que no sea la mía. Pero eso es lo de menos, mi egoísmo no es con quien te ame, sino con quien amas. No me importa (me importa menos, quise decir) que te miren otros ojos, ni que te toquen otras manos, ni que te besen otros labios; lo mío es más hacia ti. Me importa que te miren otros ojos, y te des cuenta; me importa que te toquen otras manos, y tú las aceptes; me importa que te besen otros labios, y que tú... y que tú los ames. No desconfío, no me entristezco, no sonrío ni siquiera, es simplemente: egoísmo. Es que tú, que te traduces a lo que eres, tan bonita, de personalidad tan querible, de labios tan besables, de manos tan moldeables, de cuerpo tan abrazable y de sentimientos tan amables, me tientas a quererte solo para mí. Pero eso no existe, porque tú eres libre, y yo egoísta. Y en la distancia es obvio que encuentres a otro que descifre tus acertijos y tus laberintos, aún mejor de lo que yo lo he hecho. Y es normal, que teniendo en el recuerdo tus labios, y tus manos, y tus ojos, y tus abrazos, me dedique a hacerlos tan míos que me niego rotundamente a compartirlos: ¡O eres solo mía, o no eres mía!
lunes, 6 de mayo de 2013
Ausencia
lunes, 29 de abril de 2013
Mitades
Yo sé que tú, mi mitad, sabes que estoy aquí. Y sabes también, que yo sé que tal vez mañana, o tal vez no, te mire y te diga: "Estoy feliz de encontrarte, ahora ven y seamos lo que no fuimos nunca, amor."
sábado, 27 de abril de 2013
Liberales
Él miraba desde su ventana, con un mate en la izquierda, y ahora, con la derecha sobre la cabeza como peinándose, aunque más bien parecía lo contrario. Era un día gris, comenzaba a llover, casi vacío y tal vez, un poco triste. Con la mirada concentrada al infinito, veía un delicioso atardecer después de caminar por la St. George's Square y atravesando la Grosvenor Rd. Para llegar a tomar un respiro en el Pimlico Garden & Shrubbery, y otra vez, personas y sus mascotas, caminaban, conjugaba su adyacencia, era casi como la de un padre y su hijo, pero sin el parentesco. El amo de dicho animal caminaba disgustado, en esta ocasión disgustado, como reprochando los mismos árboles, las mismas calles, los mismos edificios; casi exigiéndoles un cambio. En cambio, el animal, caminaba entusiasmado, como agradeciéndole a los árboles, a las calles y a los edificios el estar ahí de nuevo para él.
Dejó el mate a un lado para sacudir migajas de alguna galleta que había comido hace algunas horas atrás; era un día gris y él desde su ventana veía la lluvia que caía a cántaros. En esa ocasión, la lluvia, parecía más bien: un despojo de alguna nube que quiso, quién sabe por qué desdicha, deshacerse de todo lo que la desalentaba en ese momento. Esta vez desde una vieja casa, desaliñada, tal vez, de la Rue d'Hautmont, escuchaba desde su reproductor a Sigur Rós en su canción Samskeyti. Preguntándose: dónde estaban las parejas, y las personas y sus mascotas, y los niños y sus padres. Y también preguntándose su pasado, que en ese momento eran solo segundos anteriores, y nada más. La plenitud, es decir, el auge, eran sus interrogantes formuladas desde algún lugar remoto, donde las estrellas, en ese momento ocultas por varias nubes llorosas, brillan más como para uno, y no sostienen un brillo tímido, es más bien: un brillo arrogante; hermoso.
Ya sin mate, el día no tan gris y sin gotas cayendo, el hombre miraba desde su ventana, y se preguntaba: ¿A qué se refiere esto? Si todo lo que somos, lo somos desde y dentro de esta inmensa jaula. El universo no era tan de él como esos pedacitos de tierra. Desde su ventana miraba a parejas cohabitándose, a personas y sus mascotas, niños jugando, algunos adolescentes riendo; veía y se preguntaba: ¿en qué diferían estas personas con respecto a las del St. Michel? ¿O a las del Pimlico? Si como yo las descifro son proporcionalmente iguales. Igual los lugares, all places was the same if he watched them by the same way. Igual que los idiomas, igual que los sentimientos.
¿Puede acaso sentirse alguien esclavo aún siendo libre? Se preguntaba el liberal caminando dentro de una jaula a la que le llamaba: su mente.
martes, 23 de abril de 2013
El juego que pierdo y gano Por José Augusto Subero
sábado, 20 de abril de 2013
Nada
domingo, 14 de abril de 2013
Siempre el mismo día
«si te quiero es porque sos
domingo, 7 de abril de 2013
Sía
domingo, 17 de marzo de 2013
Querida
jueves, 7 de marzo de 2013
Complejidad
Eres capaz, ¿de qué?
si tu voz me condena y me ata a tu locura.
Dime, ¿eres capaz? ¿Por qué?
si tu riesgo lo corres conmigo.
Y te pregunto: ¿Acaso soy capaz?
si mis respuestas las dejé en tus labios.
viernes, 8 de febrero de 2013
Fue un placer
jueves, 7 de febrero de 2013
Para siempre
fue un placer,
y ese sin cesar de sensaciones,
magia.
Y esa música celestial,
tu voz,
y esa obra de arte,
tu sonrisa.
Y ese mar infinito,
fue tu piel,
y ese huracán,
tus manos.
Y ese universo, extraño y hermoso,
tus ojos,
y esos ojos,
vida.
Tu aliento era el mío,
tu aire, el mío,
tu voz, la mía,
tu sed, la mía,
mi amor, el tuyo.
Éramos uno,
era yo,
incompleto, como de costumbre,
y tú me completabas.
Eras una muerte placentera,
eras sensaciones mágicas,
tu voz, cantos de ángeles,
tu sonrisa es una obra de arte,
tu piel el mar donde estoy perdido,
tus manos el huracán que me desordenan,
tus ojos el universo que deseo conocer,
y tu vida,
era la mía.
Pero al final, ya nada importa.
Tú estás allá, y yo aquí,
tu recuerdo aquí,
tu olor aquí.
Fuiste todo, menos una cosa,
amor de mi vida.