miércoles, 31 de julio de 2013

Secuencia de sentido común

"¿Qué me pasa?" Eterna pregunta, ¿quién me la responde?, se les agradece el favor. Qué pasa, si tu nombre, que me da paz, no me deja mantenerte distante. Estás, y sin irte lejos: comienzo a extrañarte. Porque no son lo mismo tus abrazos cuando no estás dándomelos en este preciso momento; y si los extraño es porque en el recuerdo que tengo de ellos, tu calor es lo único que les falta. ¿Qué me pasa?, sigo con la interrogante. Aún no sé la respuesta; puedo seguir diciendo que tú distante, no eres más de lo que eres cuando existe cercanía entre tú y yo; entre nosotros. Me hace falta tu presencia, tu paz. Me gustan tu cielo y tus nubes, me gusta tu mar, me gusta tu suelo, me gustan tus cumbres y tus abismos; me gustan muchas cosas. ¡¿Pero qué me pasa?! Quién sabrá. Si lo único que yo sé es que tu compañía es paz y hogar para mí. "Qué divina incomodidad de tenerte, y no tenerte." No te vayas, no te alejes; no te dejaré ir, y si te alejas, nos alejamos. Déjame existir en ti que si te extingues, me extingo.

¿Qué me pasa? Ya lo sé.

Tú, tú eres lo que me pasa.

lunes, 8 de julio de 2013

Dibujándola, escribí

Es como despertar en un sueño, como ir de silencio en silencio continuando la eternidad de tu sonrisa. Como descalificar defectos, quién sabe qué es; pero es como mirarte y traducir tu mirada a todo lo que me gusta de ti. Porque tu sonrisa desviste a mis tristezas, porque tú adviertes los malos augurios. Porque tus labios son poesía si me besas, porque tienes una voz poeta y un aroma a jazz. Tus certezas son un blues, y lo que nos separa: agonía. Tus abrazos son un descanso sobre las nubes, tus manos el universo que alcancé a tomar en mis manos. Tu cabello es la melodía del saxofón que cae como el agua cae del salto más alto del mundo. Tus dientes son obras del museo más prestigioso, y tus pies dibujan un camino sobre la vía láctea. Tu voz es mejor que un concierto escrito por Tchaikovsky, y si haces silencio por un momento, tu silencio es el arte de saber soñar despierto. Qué se yo qué eres, y podría seguir dándole símiles a todo lo que veo en ti, pero qué más da; tú eres más que todo eso junto, tú eres hermosa.

domingo, 7 de julio de 2013

Mi felicidad

Si despertase más allá de la realidad, sería justamente cruzando la línea que nos separa cada vez que me abrazas para decir: hasta luego. Es esa la misma línea que nos une cuando desde cierto punto, nuestras miradas juegan a los cómplices y encontrándote me abrazas para decir: volví. Y ¡vaya que volviste! Si estar contigo es la tregua que mencionan mis tristezas, es saber que en ti está mi soledad favorita, y no porque estés sola, ni yo solo; es por que soledad es lo que queda del mundo después de que te tomo de la mano. Y el silencio me gusta más cuando lo dicen tus ojos, y las tardes me gustan más cuando las dice tu sonrisa, y la ciudad me gusta más cuando la dice tu compañía. ¿Y qué puedo hacer? Si de alguna manera me alcanzaste en el maratón, no sé si bajé la marcha, no sé si apuraste el paso, pero me alcanzaste y ahora estás aquí, justo ahora junto a mí, y si te digo que no me quiero alejar de ti es porque en el mundo que me cuentan tus certezas me siento a gusto; porque mi paz es tu virtud de saber pronunciar mi nombre como lo haces, dándole un significado que yo no conocía. Pero eso no es para mí lo que realmente significa tu nombre, pero cómo explicar algo que no entiendo y no quiero entender. A veces el significado de las cosas está en lo incógnito, en lo que no se puede deducir, en lo intrigante: como el universo. Por eso tu nombre, que ahora significa muchas cosas dentro de mi mundo, está a punto de pasar a ser más que tu nombre: mi felicidad.