domingo, 19 de enero de 2014

Carrera de lágrimas

Qué triste, qué vacía, qué oscura y fría esta noche de soledades presentes. De ruidos de todo tipo menos el de tu voz, no se escucha nada interesante. Hay nudos en mis zapatos tirados a un lado de la habitación y otro mejor atado que cualquiera en mi garganta. Existe esta tristeza que viene con la noche y tal vez se vaya con ella, existe todo tipo de ausencias. Las que suceden solo cuando necesito a alguien y esas que suceden siempre, aún cuando no necesito de ese alguien. Están los reproches y las sonrisas que quieren reír pero no alcanzan a abrir la puerta. Están las melancolías y las lágrimas que quieren correr pero que no salen sin la orden de partida, y qué más, si ya no hay nadie que dicte el inicio de esa carrera incesante; quién sabe con qué final. Pero aquí vamos, sin muchas ganas de nada, y las ganas que tengo son de ti y son incurables en este momento. Aburrido, sin más nada que hacer, tomo el lugar de quien dicta la voz de partida, y: ¡PARTIDA!