sábado, 10 de enero de 2015

Venezuela mía

Cuán golpeada te tienen, Venezuela, qué triste y golpeada estás. Tú, tan rica, tan hermosa y tan llena de todo lo que eres, invadiste mi alma con tu nombre de Pequeña Venecia, con tu luz y tu aroma, hasta con el caribe que recorre tus costas; pero mira cómo te tienen, Venezuela, golpeada, triste, insegura y fría. Y qué dolor, Venezuela mía, que tu gente que soy yo y los que de ti venimos no sepamos ayudarte aún. Porque eres madre mía y nuestra, eres madre y das amor; ¡pero qué triste estás, mi Venezuela! Y cómo no, si vives para ver a tus hijos sangrar, y lloras, Venezuela, ¡y no llores, por favor! Porque qué dolor, no sabes qué tan doloroso es ver que a tu riqueza se la roban algunos hijos tuyos pero que ya no te sienten madre, Venezuela. Y nos duele a nosotros que te sabemos madre, como a ti. ¡Pero no llores, patria mía! Que la verdad es fuerte y el amor de madre nunca muere; porque eres patria, eres hogar eres madre mía y nuestra; y no, ya no eres aquella Pequeña Venecia, ahora eres La Gran Venezuela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario