martes, 7 de febrero de 2012

No existo, pero existí.

Hoy me dieron ganas de desaparecer del mundo, de dejar irme por unos minutos, de dejar caer gotitas de agua salada por mis mejillas. Hoy sigo ocultando el dolor que guarda mi alma bajo una falsa sonrisa. Cada día camino haciéndome el feliz, pero nada cuesta más que mantener una sonrisa bajo dos ojos que solo piensan en llover. La felicidad que me trae ella hoy se apartó de mi piel, la felicidad que me invade al escuchar su voz me dejó al recordar la voz de quién me dejó por irse al cielo, por irse a su lugar mejor. Solo me dieron ganas de escribir, ganas de dejar a las palabras hacer su trabajo. Por una noche vuelve mi vida a verse en blanco y negro, una noche próxima a mi natalicio. Pobres son mis ganas de sonreír, pobre soy yo al no tener las fuerzas para levantarme y olvidar el dolor que me invade. Respiro un poco de vida, pero no sé si viva de verdad. Tengo a cuatro paredes que me rodean, un techo y un suelo. Tengo una cama y un recuerdo que no me deja dormir. Quisiera una noche dormir y en la mañana al despertar llegar al lugar aquel donde por última vez sentí tus manos, donde por última vez escuché tu voz.

Hoy no existe nadie más que la vida que le queda a ese ser dentro de mi corazón, hoy no existo. Quiero desaparecer de este mundo, llegar al infinito y encontrarme con tu voz que está oculta en la inmensidad del espacio. Quiero dormir y despertar en la misma vida, quiero despertar en la misma vida pero a tu lado. Quiero sentir tus manos secando cada lagrimita que cae poco a poco de mis ojos. Quiero que no haya distancia infinita que nos separe, dormir a tu lado ante la inmensidad. El silencio me destruye la mente; me hace pensar tanto, el silencio me hace recordarte. No hay un ruido que se pose en mi cuarto en este momento más que el sonido de mis dedos golpeando las teclas que letra a letra relatan una breve historia hecha realidad, gracias al querer no volver a sentir algo que no sean tus abrazos. Mi historia, mi vida es un cuento no muy feliz, pero es el cuento en el que me encanta ser protagonista. Mi vida son solo tres personas y algunos sueños por cumplir. 

Hoy no existo porque me fui al infinito, hoy no existo porque acabé con mi vida por unos segundos para ir a buscarte a aquel lugar donde nadie ha llegado jamás. Hoy no existo porque junto a ti me desaparecí del mundo y comencé a vivir muriendo en la vida del recuerdo que tengo de ti en mi corazón. Dejé de existir para la vida porque en la muerte es el único lugar donde puedo escuchar tu voz. Desde el momento en el que vuelva a la vida, en el que vuelva a existir; prometo no acabar con la vida que tienes en cada pedacito de mi ser. Hoy conseguí ir al infinito y encontrarme contigo, hoy conseguí dejarme de mi por ti y llegar al punto de no ser yo para que seas solo tú. Hoy me olvidé de la tristeza por una vez más y decidí existir a causa del amor que le guardo a todo aquello que junto a ti viví. 

Te amo.

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