miércoles, 22 de febrero de 2012

Perfecta

Caminé y la vi, caminé. Caminaba para verla y la veía para ser feliz. Camino, camino a su lado para verla y ser feliz. Voy dando pasos dedicados a la perfección de su suelo, está tan lleno de ella que cada pedacito de suelo no es suelo sino cielo. Voy tomando aire dedicado a  la perfección de su oxígeno, la respiro tanto que no es aire  sino vida, vida llena de alegría. Voy observándola, observo cada pedacito de piel que sobre su cuerpo reposa, es tan perfecta que no es observarla, es admirarla. Voy escribiéndola, escribo cada pedacito de vida que irradia su sonrisa, letras tan perfectas que no es solo literatura, son arte. Voy imaginándola, imagino cada pedacito de pasado vivido, un presente perfecto y un único futuro juntos, es tan perfecta que no es imaginación, son sueños hechos realidad. La pienso tanto, la pienso tanto que muy poco pienso en mi, pienso en nosotros, es tan perfecta que no es pensar, es soñar despierto. La necesito, la necesito tanto que me dejo del aire para respirarla a ella, es tan perfecta que no es necesitar, es tenerla sin tenerla. La hablo, la hablo tanto que creo nuevas palabras para referirme a ella, es tan perfecta que no es hablar, es cantar y que me escuche como los ángeles. La sueño, la sueño tanto que dejé de tener pesadillas para volar a un lugar pronto existente en sus brazos, es tan perfecta que no es soñar, es vivir la realidad de en sueños. Voy presumiéndola, la presumo tanto por ser perfecta para mis ojos, por no importarme visiones de ojos que no son los míos, es tan perfecta que no es presumirla, es demostrar que la amo de aquí al infinito. Voy nombrándola, voy nombrándola porque es la perfección de su nombre lo único que quiero en mi vida, es tan perfecta que no es nombrarla, es pronunciar perfectas letras deletreadas y escritas en una nube por los ángeles del cielo. Voy amándola, voy amándola en cada paso, en cada respiro, en cada latido, en cada sensación. Voy amándola por ser la perfección ante mis ojos, voy amándola por el regalo que a diario deja en mi vida, por su dulce trato e inmensas palabras. Voy amándola porque no es perfecta para nadie, más que para mi. Voy amándola porque para amarla tiene alguien que verla con los ojos que la veo. Voy amándola porque es la perfección para mi alma, para mi cuerpo, es la perfección hecha por Dios para mis ojos, es un regalo de la vida. Voy amándola porque no es amar, es apreciar cada palabra, es saber diferenciar lo real de lo ficticio. Voy amándola, voy amándola porque comprendí que no es a quien quieres amar, es a quien tu corazón decide amar, es tan perfecta que no es amar, es conseguir la manera de demostrárselo todos los días  con algún distinto detalle.

Es tan perfecta.

Comenzamos un obsequio al que le llamamos vida, un obsequio de Dios. Nacemos para ser perfectos ante un ser, un ser que nos ama realmente. Nacemos para ser perfectos. Vamos creciendo y ante los mismos ojos somos el mismo bebé de hace algunos años, bañados en perfección ante esos ojos. Al pasar los años vamos cambiando la manera de observar a ese ser, comienza a ser perfecto para nosotros, por ser el ser que día a día vive a tu lado, el ser que te ayuda, el ser que vive en ti. Vamos creciendo y seguimos siendo perfectos ante aquellos ojos y essos ojos siguen viendo la perfección de aquel cuerpo del que provenimos. Vamos creciendo y en ello nuestra manera de observar. Dejamos de ser perfectos para nosotros, pero aun seguimos siendo perfectos para aquel ser. Conocemos a una nueva persona, aquella persona comienza a formar parte de nuestra vida, comienza a ser parte de nuestro día a día. Poco a poco vamos cambiando nuestra manera de observar y vamos notando en aquel ser una pequeña dosis de perfección que comienza a reposar sobre su cuerpo. Van pasando días, meses y hasta años y ya es inminente que este nuevo ser comienza a ser perfecto para nosotros. Notamos que la perfección existe en realidad, la perfección nos rodea en el día a día. Hay personas que dicen que nadie es perfecto, ciertamente, nadie es perfecto, para unos ojos ciegos de amor. Pues la perfección no se encuentra en vivir sin defectos, el ser sin defectos se hace llamar Dios. La perfección existe para aquel que consigue llegar a amar los miles de defectos que componen a una persona. He ahí mi primer ejemplo, la perfección de un hijo ante su madre; seguidamente llega mi segundo ejemplo, donde dos seres dejan de mirarse y comienzan a observarse como es debido, cuando dos seres aprenden a amar y a llevar los defectos del otro ser, he ahí la perfección.

Para concluir, como dije anteriormente no es perfecto un ser sin defectos, es perfecto para un ser aquel ser que posee millones de defectos pero dejan de serlo ante los ojos del amor. Pues si, la clave de la perfección está en la vista, no en los ojos esos que dicen ser las ventanas del alma, sino en aquellos ojos que dejaron de simplemente ver, a ver con amor, a ver de verdad. Son esos los llamados ojos del corazón. La perfección se encuentra en aquel ser, que sin ser es, gracias al corazón que cerró las ventanas para abrir las puertas del alma.

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