jueves, 7 de febrero de 2013

Para siempre

Y esa muerte momentánea
fue un placer,
y ese sin cesar de sensaciones,
magia.
Y esa música celestial,
tu voz,
y esa obra de arte,
tu sonrisa.
Y ese mar infinito,
fue tu piel,
y ese huracán,
tus manos.
Y ese universo, extraño y hermoso,
tus ojos,
y esos ojos,
vida.

Tu aliento era el mío,
tu aire, el mío,
tu voz, la mía,
tu sed, la mía,
mi amor, el tuyo.
Éramos uno,
era yo,
incompleto, como de costumbre,
y tú me completabas.
Eras una muerte placentera,
eras sensaciones mágicas,
tu voz, cantos de ángeles,
tu sonrisa es una obra de arte,
tu piel el mar donde estoy perdido,
tus manos el huracán que me desordenan,
tus ojos el universo que deseo conocer,
y tu vida,
era la mía.

Pero al final, ya nada importa.
Tú estás allá, y yo aquí,
tu recuerdo aquí,
tu olor aquí.
Fuiste todo, menos una cosa,
amor de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario