domingo, 22 de julio de 2012

Nada interesante, sólo algunas cositas un poco vacías de significados.

Nadie más, solo las estrellas y yo. Vaya pero que encuentro el nuestro, una vacía noche de nadie más que de mi y el frío viento que se cuela por de bajo de mi ropa hasta casi alcanzarme los huesos. Estuve parado en la ventana observando un poco las estrellas, viendo el paisaje y concentrando mi mirada en el horizonte donde cada noche hago perder miradas de pensares ocultos, ocultos en mi y en donde solo yo los puedo encontrar. No dejo de pensar, y pensar, y pensar, hoy no fue un buen día para nada. Casi que ni siquiera fue día, pero sigo sonriendo, pues ¿qué podría ser tan malo como para dejar sonreír? Fue un día de lluvia, lluvia muy fuerte, era una tempestad llena de mucha brisa que azotaba cada balcón y cada ventana de éstos edificios un poco añejos y fuera de forma. Puedo cerrar los ojos y encontrarnos de nuevo, justo ahí, de nuevo y pues que bien, porque solo eso me hace falta, encontrarte, otra vez. Bonitas las nubes del cielo hoy, son pocas y dan paso a la luz de las estrellas, tienen formas divertidas y muy agradables a mi punto de vista, puedo notar que son nubes claras y con pocas ganas de llover, seguro el sol les coqueteó un poco y están felices, vacías de agua. O, tal vez, ya llovieron demasiado y no les quedan ni las ganas para llover de nuevo. No lo sé, es un misterio. Gran frase ¿no? "No lo sé, es un misterio." La escuché viendo una muy buena película hace varios días ya. No existe mejor respuesta que un "No lo sé, es un misterio." Es como algo que responde con una interrogante, llena de verdad e intriga. ¿Por qué murió la familia de aquél niño de 10 años el cual culpa no tiene de nada? "No lo sé, es un misterio." ¿Por qué murió el niño de piel morena habitante de África? El cual tampoco tiene culpa de la desgracia de su país. "No lo sé, es un misterio." ¿Por qué sigo pensando en ti, así como si me importaras demasiado, como si dependiese de ti y de tus palabras? "No lo sé, es un misterio." Vaya, cuantas preguntas y una sola respuesta, nos quedamos sin casi nada, o tal vez con casi todo, pero nunca nada llega a su totalidad. Pues, nunca llegamos a estar 100% seguros de algo, y mucho menos si ese algo no lo conocemos. Vaya, pocas veces ya me siento así, con ganas de desahogar con palabras. Nada interesante, sólo algunas cositas un poco vacías de significados y un toque de locura que, la verdad, me está volviendo loco. Justo hoy viendo las estrellas recordé que de pequeño mi mamá me llevaba al planetario a ver las estrellas, recuerdo que me encantaba ir allí, era como viajar al espacio sin salir de aquél sitio de espacio amplio en el cual, las estrellas, se hacían visibles a mitad del día, era como magia o algo así. Tal vez de allí nació mi pasión por el cielo y las estrellas. Por cierto, pude ver a mi progenitora sentadita por allá en una estrella, en ese lucerito hermoso que no para de brillarle a mi noche, noté que me veía, sonreía, pero no hablaba, era extraño porque lo único que quería era escuchar su voz. Pestañee, y en un instante desapareció, ya no estaba la estrella, más bien parecía un sol, brillaba tanto, pero tanto que pude notar que no era el brillo lo que veía, y, que si podía detenerme un segundo podría escuchar esas palabras que jamás olvidaré: "No sé que habría hecho sin ti, eres lo mejor que me ha pasado en la vida." Qué hermosas palabras esas cuando vienen de una estrella, ¿verdad? Qué bonita estrella, me recuerda a mi madre, fueron esas mismas palabras las que un día me dijo, ya no recuerdo si fue un sueño, si fue de verdad, o, si fue obra de esa magia que la mantiene viva en mi, la cual quiso que sin explicaciones entendiera que sigo siendo aún, la felicidad de quien, sin excusas, vino al mundo para darme vida e irse, irse a su estrella, de donde vino, porque de allí vienen los ángeles, de las estrellas y aunque a veces las nubes quieran ocultar su brillo, y no dejarnos ver cada puntito brillante en el cielo, sé que si cierro los ojos, y solo escucho, te escucharé, en cada latido, en cada respiro. Te escucharé porque te amo, y no porque tenga oídos.

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