domingo, 23 de junio de 2013

Lunes por la mañana

Se mantenían claras las distancias, para a la hora de acortarlas saber el camino de memoria. Una ventana entreabierta con una tarde gris detrás, el silencio de lunes por la mañana y la compañía de los fieles al descanso. Se miraban, y como Cortázar: jugaban al cíclope. Era difícil separarse de la cama, que estaba llena porque entre los dos no cabía un alma más, y no por falta de espacio. Frente a frente se miraban como dibujándose sonrisas, y al cerrar los ojos se miraban como soñándose felicidades. Sus manos reclamaban un cuerpo ajeno como propio, y sus labios, sobre la misma lucha, se defendían de algún portazo que pudiese irrumpir su vocación de amantes. Los cuerpos se mantenían en una constante lucha por la unión física, pero  nunca fue posible; era necesario cerrar los ojos y dejarse hacer por el acto. Era un espectáculo para los cuerpos el ver ambas almas desnudas y administrando bien las distancias, es decir: suprimiéndolas. Y todo iba al compás de la ventana y la tarde gris del lunes. El tacto jugaba papel importante entre ambas historias: él la miraba. Ella asumía su rol de dama y lucía un hermoso desvestido. La continuación estaba detrás de todo lo que ya habían logrado, era como caminar de espaldas para no tener que voltear al recordar. Estaban ahí, frente a frente y desnudando los hechos, deshaciéndolos porque el futuro no existe, es decir: dejándolos ir con el pasado. Ya vendrán nuevas estadías, tal vez la tarde de un martes soleado, o la mañana de un domingo con el dominical sobre la mesa. Y mirándose los cíclopes, desdibujándose para volverlo a hacer, caminaron de espaldas al futuro.

1 comentario:

  1. Epaaa, ¡recibiste un premio en mi blog, pasate! http://lucianigabriel.blogspot.com/

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