martes, 25 de junio de 2013

Mentiras

La llovizna descansa cayendo sobre sí misma, llorándose. La ventana descansa admirando el paisaje, lamentándose. Seguimos devastados por lo que no podemos cambiar, siempre somos o llovizna, o ventana. Caminamos hacia el final, según la vida es un camino, y uno es libre de elegir, pero eso es mentira. Yo intento caminar hacia atrás y eso es imposible, no somos libres de hacer lo que queramos; sino yo estaría en este instante mirándote a los ojos y recitándote algo que escribí para ti pero que aún no me digno a hacer público. Eso significa la vida: algo que no podemos cambiar. Y siempre nos toca ser conformistas y acostumbrarnos a lo que está entre nuestras manos lograr; es como nadar boca abajo, debes alzar la cabeza para tomar aire, no puedes nadar y ya, algo no nos lo permite. Después de todo no somos más que humanos, y a veces soñar no es suficiente. Ser inconformista: mi vocación y maldición. No escribo de vez en cuando, de vez en cuando me traduzco, es decir: escribo para saber cómo me siento. No estoy seguro de lo que puedo llegar a sentir, es complejo porque ni yo me entiendo a veces. Algunas veces puedo caminar mirando al cielo y me siento bien, es interesante porque veo todo desde un punto de vista distinto. En cambio hay días en los que camino mirando al suelo porque sé que alzando la mirada, entre tantos comunes, no encontraré nada que me abrume. Pero qué discordancia, qué vacío, qué mentira.

Eso es todo: mentiras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario