domingo, 9 de septiembre de 2012

Algo fugaz, fugaz como nuestras vidas hechas para los dos, por separado.

Eres mi amor porque te vi y te encontré. Porque no te busqué y apareciste ahí, como si ya hubieses estado antes, como el silencio, que aparece por raticos. El destino nos llevó a mirarnos, mirarnos en silencio y dejarnos ver hasta el alma. Conocí tu mirada como tu vida entera, y recorrí los caminos de tu silencio aún cuando lo dijiste todo. No nos dimos cuenta, pero la vida se nos quedó en ese amor tan infinito y tan para siempre como cualquiera, ese amor que nació de la nada tan solo con mirarte. Te veía y veía tus gestos, tus gustos, tus facciones, tu sonrisa, te veía como nadie lo hacía y tú hacías lo mismo. Nadie lo notó pero nos amamos con la mirada y te convertiste el amor de mi vida.

Bajaste del tren justo a una estación de la mía, te fuiste con mi mirada y dejaste mi vida donde estaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario