domingo, 16 de septiembre de 2012

Dos puntos y: me llevaste a quererte

Me llevaste a quererte.

Recuerdo que pasé por: tus ojos, tus labios, tu nariz, tu cabello, y tan solo con la mirada.

Tal vez no recuerdes, pero pasaste por: mi vista, mi alma, mi corazón, y ahí estás, viéndome como quien mira embelesado algún programa; o como yo, mirando tus ojos.

Recuérdame, cuando llegue a pasar por: tu vida, tu ser, cuando llene de mi tus días. Recuérdame por favor, no te pido más, tu recuerdo de mi me mantendrá vivo, vivo como el sol, que en cada mañana aviva las esperanzas de muchos.

Yo te recuerdo cuando: por causas de nada, nos encontramos por casualidad, cuando «un encuentro casual, era lo menos casual en nuestras vidas.» Y más aun te recuerdo cuando detrás de tantas noches, me llevaste a quererte.

Quiéreme cuando: por cosas del destino, tú vida siga cruzándose con la mía, y ambas hagan juego como el sol hace juego con la noche, trayéndose consigo el alba de la mañana; como las palabras hacen juego con el lápiz, como el lápiz hace juego con el papel, y como hacen juego tu mirada y la mía cuando se ven. Cuando tus risas se confundan con las mías y, cuando notes que en silencio; me llevaste a quererte.

Te querré cuando: me dejes ir para siempre, pues necesitaré quererte cuando quieras que regrese, de nuevo.
Convertiste tu sonrisa para mi, hiciste contraste con el mundo cuando te vi, y eso es amor, amor por que te quiero y no te tendré hasta dejarte ir y regresar a lo nuestro, sé que regresarás.

Te sueño cuando: despierto después de una larga siesta, porque eres un sueño hecho realidad, cuando viéndote es la realidad quien se vuelve un sueño, amor mío.

Te quiero porque: me llevaste a quererte.

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