jueves, 9 de mayo de 2013

De Blues en Jazz, y viceversa

CONTRADICCIONES

Era sencillo estando delante de tus ojos, como alguien que confía en sí mismo frente una opinión ajena. Ya sabíamos; tú delante de mis ojos, y era sencillo, como alguien que se magnifica frente la opinión ajena. Frente a frente nos servíamos de espejo, yo te veía mirándome, y tú me mirabas mirándote. En resumen: éramos lo mismo en proporciones distintas, y mirarte era como traducir mis temores y enfrentarlos ganando la batalla. Sabíamos más el uno del otro que de nosotros mismos, y nuestra ignorancia era la clave para descifrarnos.

Pero qué importa eso, si ya no bailamos en el mismo salón. Ni tus pasos van después de los míos, ni los míos anteceden a los tuyos. Tu tocadiscos canta un Jazz, el mío un Blues, y aunque ambas sean melodías de paz, no son lo mismo. Cualquiera que se detenga a apreciar el blues del viento, se da cuenta que no es el mismo jazz de los árboles; y así andamos, de Blues en Jazz, y viceversa. Confundiendo el dulce piano de Nina con la majestuosa trompeta de Miles. Creyéndonos sabios de ambos géneros; pero daba igual, porque nuestra ignorancia era la clave para descifrarnos. Y si a Robert Johnson lo confundíamos con Louis Armstrong, no tardábamos en darnos cuenta de que una trompeta a la que le encanta el Jazz, no es una guitarra a la que le encanta el Blues.

Y así fue siempre, parecidos pero no los mismos; coincidencias. Pero como todos sabemos: el Blues no es lo mismo que el Jazz, y viceversa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario